Como telón de fondo Cotton Club, mítico club nocturno de New York, que brilló con una colección llena de brocados, crepes de seda, encaje y pedrería.
Una colección de fiesta marcada por las líneas rectas, sensuales escotes en la espalda, vestidos vaporosos y sugerentes transparencias junto con el color negro, el visón y el nude como protagonistas.
La nueva creación de la diseñadora nos trasladaba a un ambiente de misterio y encanto que recordaba a los maravillosos años 30.
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